¿Qué es el techo de PVC?
El PVC, fabricado a partir de cloruro de polivinilo (o, en términos sencillos, plástico), es una excelente solución para techos de una sola capa. Está hecho con un porcentaje menor de petróleo y aceite que la poliolefina termoplástica (TPO)
o el terpolímero de etileno propileno dieno (EPDM). Como membrana para techos fríos, tiene las clasificaciones Energy Star y Cool Roof.
El PVC es sorprendentemente fuerte. Debido a que el PVC es tan fuerte y estable, se puede instalar soldando las costuras con calor, a diferencia de otras membranas que requieren adhesivo o utilizan una costura encintada. Este método
de instalación permite que un techo de PVC se expanda y contraiga con un edificio. El PVC también se puede sellar con soldadura con solvente y adherir a tapajuntas de metal y otros componentes con adhesivos.
Este material robusto también ofrece protección contra productos químicos, filtraciones de agua, rayos UV e incendios. Gracias a sus propiedades reflectantes frías, el PVC es resistente a los daños y la decoloración causados por la
radiación solar.
Cómo se compara el PVC con el TPO y el EPDM
Aunque el PVC tiene una trayectoria más sólida en el mercado de los techos que el TPO, los fabricantes y los productos pueden variar en calidad. Por este motivo, es importante trabajar con un proveedor de confianza.
La membrana TPO es una opción menos costosa que el PVC. Debido a que el TPO es más flexible, es muy resistente a desgarros, perforaciones y daños por impacto, y se adapta al movimiento y asentamiento del edificio sin
comprometer el rendimiento.
Mientras tanto, el EPDM ofrece una de las opciones de membrana más económicas para instalaciones de baja pendiente. Otra ventaja que tiene el EPDM sobre sus competidores es que viene en láminas de hasta 50 pies de ancho,
lo que hace que la instalación sea más rápida y requiera menos mano de obra.
El PVC es más fácil de reparar que otras membranas, ya que se puede volver a soldar fácilmente en secciones. Un techo de PVC también puede durar hasta 30 años. A pesar del alto costo inicial, la longevidad del PVC lo convierte
en una mejor inversión para algunos proyectos de techado. Si bien un techo de EPDM correctamente cosido e instalado puede soportar la lluvia, la nieve, los rayos UV, las abrasiones, el ozono y las fluctuaciones de temperatura,
las costuras no son tan resistentes como el PVC y la membrana puede comenzar a encogerse y separarse con la acumulación de calor.
En última instancia, el PVC, el TPO y el EPDM ofrecen sus propios beneficios. Los contratistas deben considerar los factores que impulsan un proyecto y las necesidades del cliente (presupuesto, clima o longevidad) para
determinar si el PVC u otra membrana para techos es mejor.